miércoles, 19 de octubre de 2016

Lo que no se puede no se puede y además es imposible.

Hoy el post que voy a escribir tiene como título una tautología (término filosófico para definir lo que en román paladino llamaríamos perogrullada): lo que no se puede, no se puede y además es imposible.

Se atribuye esta frase a El Lagartijo, famoso torero de la segunda mitad del siglo XIX, aunque hay quien dice que el autor de tan sabrosa afirmación fue otro torero, rival del primero, Rafael Guerra "Guerrita".

Bueno, fuera de quien fuera la susodicha frasecita, el caso es que no vengo hoy a hablar de toros, que no es precisamente mi fuerte, sino de un libro de coaching ejecutivo que tiene por título esta misma frase. Y más que del libro voy a hablar de uno de sus autores, que nos ha dejado recientemente: Rodrigo Baraona.

Rodrigo Baraona Barrios (Fuente: Linkedin)


Tengo la enorme suerte de haber conocido a Rodrigo personalmente, y puedo decir que me causó tan honda impresión, que a partir de ese momento le tuve entre mis sabios. Pero no un sabio de los que entendemos normalmente que tienen conocimientos enciclopédicos o que te recita la lista de reyes godos de memoria, no. Para mí un sabio es una persona que, ante todo, tiene los valores bien puestos, como digo yo, sobre todo en un mundo en el que hay una auténtica crisis, más que económica (que también), una crisis de valores. Estamos perdiendo algo tan valioso como son los valores, sobre lo que se construye todo lo bueno que es capaz de realizar el ser humano. Y Rodrigo Baraona es sabio en este sentido.

A Rodrigo le conocí en Expocoaching 2015 (se encontraba allí en calidad de Director de la Escuela de Coaching Ejecutivo de Cegos España) y encontré a una persona extraordinaria, un tesoro: amable, bondadoso, inteligente, dialogante, optimista, positivo, con un tremendo empuje, con fantásticas ideas, con una auténtica vocación de servicio a los demás.

Su último trabajo antes de dejarnos ha sido precisamente este libro, Lo que no se puede, no se puede y además es imposible, escrito en colaboración con su mujer Ximena Sapaj, psicóloga experta en psicología social y formación de equipos de alto rendimiento. Sirva este pequeño artículo como sentido homenaje a un gran hombre que ya se ha convertido en uno de mis sabios interiores.

El libro, que según leemos en la portada, trata de técnicas y herramientas prácticas para el desarrollo del talento, se basa en una elección adecuada de estrategias para lograr el cambio positivo en una organización. En él aprenderemos los principios básicos del coaching y cómo abordar algo que, en principio no parece fácil, como es la gestión del cambio y el desarrollo de los talentos ocultos que siempre existen en una organización. Y todo basado en una nueva rama de la psicología llamada psicología positiva, porque al final siempre hay personas que piensan y que sienten. Creo que un libro tan positivo es de lectura imprescindible.

Portada del libro Lo que no se puede, no se puede y además es imposible, de Rodrigo Baraona y Ximena Sapaj (Fotografía del autor)


Y como no podía ser de otra forma, Rodrigo y Ximena han decidido donar todos los beneficios de la venta de este libro a la ONG Médicos del Mundo, con lo que con la compra de este libro también tenemos la oportunidad de poner nuestro granito de arena (10 eurillos) para conseguir un mundo mejor.

Si alguno de los que me lee está interesado en adquirirlo, puede escribir a Mayte Cano (mtcano@cegos.es), que os dirá cómo conseguirlo.

Muchas gracias amigo Rodrigo. Siempre estarás con nosotros.

martes, 13 de septiembre de 2016

Tomar cannabis reduce las ganas de trabajar por dinero.

Hoy comienza la andadura de un nuevo blog sobre neurociencia y todo lo relacionado con nuestra compleja y maravillosa mente. Y comenzamos con una noticia realmente curiosa: el efecto del cannabis sobre la motivación para trabajar a cambio de dinero.

Todos conocemos el cannabis, al menos de oídas (o de olidas, porque muchas veces pasamos al lado de alguien que se está fumando un porro, y ese olor dulzón y mareante es inconfundible). Se trata de una sustancia psicotrópica obtenida del cáñamo (Cannabis sativa), una planta que antaño se utilizaba, entre otras cosas, para la fabricación de cuerdas. De ahí que los artesanos que se dedicaban a tales menesteres acababan su jornada laboral un tanto "colocados". No digo que ahora no se fabriquen cuerdas de cáñamo, que todavía, pero ya sólo tienes que ir al chino de la esquina para ver que las cuerdas que venden suelen ser de plástico trenzado.

Ilustración del cáñamo (Cannabis sativa) del Dioscórides de Viena (Fuente: Wikipedia)


Bueno, que me lío y me salgo del tema. Siguiendo con el cannabis (llamado también marihuana), hay que comentar que se trata de la sustancia psicotrópica ilegal más utilizada hoy en día en el mundo. Ah, ¿que qué es eso de psicotrópica? Sólo quiere decir que actúa sobre el sistema nervioso central. El cannabis contiene más de 500 compuestos diferentes, aunque su principio activo más importante es el tetrahidrocannabinol (THC).

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el consumo de cannabis tiene efectos sobre la capacidad cognitiva y la coordinación psicomotora. Eso a corto plazo. Si el consumo se extiende en el tiempo, el cerebro empieza a tener problemas para organizar, coordinar y procesar información compleja. Vamos, que no tiene buena pinta.

Flores secas de la planta Cannabis sativa (De Ryan Bushby, CC BY 2.5, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=1464352)


Tras esta pequeña introducción, viene la noticia. Científicos del University College de Londres han realizado un experimento con voluntarios para investigar el efecto del cannabis sobre la motivación para trabajar por dinero. El experimento es curioso y se las trae.

En él participaron 57 voluntarios, que fueron divididos en dos grupos, para realizar dos estudios diferentes. En el primer grupo había 17 personas que eran consumidores ocasionales de cannabis. Inhalaron de un balón, en unas ocaciones cannabis y en otras placebo. Tras la inhalación, se les pedía que realizaran un pequeño esfuerzo a cambio de una recompensa monetaria: mover el dedo meñique 30 veces en 7 segundos (50 peniques) o mover el mismo dedo 100 veces en 21 segundos (2 libras con 80 peniques).

Las personas que habían consumido cannabis tendían a elegir el esfuerzo mínimo, aunque ganasen mucho menos dinero.

En este gráfico estadístico se puede la diferencia entre el grupo que había consumido cannabis y el grupo control (Fuente: Psychopharmacology, October 2016, Volume 233, Issue 19, pp 3537–3552)

En el estudio que se realizó con el otro grupo, éste estaba compuesto de 20 personas adictas al cannabis y 20 que no lo habían probado. Se les pidió que, a excepción de café y tabaco, no tomaran nada durante las 24 horas anteriores al experimento. Realizando las mismas tareas que el primer grupo, se vio que tanto los adictos como los no adictos tenían el mismo nivel de motivación.

Los investigadores sacaron las siguientes conclusiones: los consumidores esporádicos de marihuana tienen una más baja motivación para trabajar por dinero que los no consumidores. Sin embargo, los adictos, tras un consumo continuado en el tiempo, vuelven a tener la misma motivación que el resto. Este estudio ha sido recientemente publicado en la revista Psychopharmacology.

Efectos del cannabis sobre el cuerpo humano (Fuente: Wikipedia, Autor: Mikael Häggström)


De todas formas, como el estudio no es muy concluyente que digamos, los mismos autores han dicho que habría que realizar más investigaciones para aclarar más la relación entre el consumo de cannabis y la falta de motivación en general. A mí también me parece que en esto hay muchos flecos que peinar todavía.